En este cuadro al óleo, titulado Paseo por la playa, he querido capturar un momento de introspección y serenidad en el que una mujer se encuentra inmersa en su propio mundo mientras camina por la orilla del mar. La figura femenina, con una postura relajada y natural, sujeta su falda con las manos hacia atrás, ajustándose a sus caderas y dejando entrever su figura con elegancia y delicadeza.

La mujer gira sus hombros y cabeza en sentido contrario a sus caderas, creando un contraste dinámico en su postura que transmite un desdén relajado, como si estuviera perdida en sus pensamientos o simplemente disfrutando de la soledad y la calma del entorno.

El fondo, compuesto por la playa y el mar, está pintado con pinceladas suaves y fluidas, creando un contraste entre la textura de la arena y el agua. La luz del sol, que ilumina suavemente la figura de la mujer, resalta las curvas de su cuerpo y la textura de su vestido. Las sombras, por su parte, añaden profundidad y realismo, creando un equilibrio perfecto entre claridad y oscuridad.

En cuanto a la técnica, empleé pinceladas precisas y meticulosas para delinear la figura de la mujer, lo que permite una representación clara y detallada. En contraste, el fondo fue trabajado con trazos más sueltos y expresivos, lo que genera un diálogo visual entre lo figurativo y lo abstracto. Esta dualidad no solo enriquece la composición, sino que también invita al espectador a explorar diferentes niveles de interpretación. Los tonos cálidos utilizados para representar la piel y el vestido de la mujer contrastan notablemente con los colores fríos del mar y el cielo. Este contraste no solo añade una capa adicional de profundidad a la obra, sino que también establece una armonía visual que capta la atención.