Autor :

janto Garrucho

Categoria :

Realismo urbano

Dimensiones :

50 x 33 cm

Técnica :

Óleo sobre tabla

Estilo :

Arte figurativo

Precio :

Caminando entre sombras y luz

En esta obra, Caminando entre sombras y luz, he querido capturar un momento de tranquilidad y cotidianidad en medio del bullicio urbano. Es un primer plano que atrapa la atención: una joven camina relajada calle abajo, llevando un vestido blanco estampado con flores rosas que contrasta delicadamente con la mochila de piel marrón rojizo que lleva a la espalda. Los brillos de la mochila y los destellos naranjas en su pelo castaño, recogido en un moño, son detalles que resaltan bajo la luz, creando un juego de texturas y reflejos. En una de sus manos sostiene una botella de agua, un gesto simple pero lleno de vida.

El fondo está compuesto por una bicicleta apoyada en una pared de piedra, rica en detalles, pero sumida en sombras. Los tonos grises oscuros y tierras del entorno contrastan con la luminosidad de la figura principal, realzando su presencia y creando una sensación de profundidad. Esta composición no solo resalta a la joven, sino que también evoca la atmósfera de una calle urbana, llena de historias y detalles que pasan desapercibidos.

En esta obra, he buscado explorar el realismo urbano y su conexión con la cultura urbana. La joven, con su vestido estampado y su mochila de piel, representa la individualidad y la elegancia en medio de un entorno que, aunque sombrío, está lleno de vida. La bicicleta y la pared de piedra, aunque en segundo plano, añaden contexto y hablan de la historia y la cotidianidad de la ciudad.

El realismo urbano y su influencia en el arte callejero también están presentes aquí. A través de la técnica figurativa, he querido plasmar no solo una imagen, sino una sensación: la de estar allí, caminando junto a la joven, sintiendo la textura de la piedra, el brillo de la luz en su pelo y la tranquilidad de un momento que, aunque simple, está lleno de significado.

Caminando entre sombras y luz es, en esencia, un homenaje a la vida en la ciudad, con sus contrastes y sus momentos de belleza inesperada. A través del realismo urbano, he intentado transmitir no solo una escena, sino una emoción: la de encontrar luz y color en medio de la rutina y la sombra. Es una obra que habla de la conexión entre lo humano y lo urbano, de cómo las calles están llenas de pequeñas historias que, aunque pasajeras, dejan una huella imborrable.

Esta pintura es una invitación a detenerse, a observar y a apreciar los detalles que hacen de la vida urbana algo único. Es un recordatorio de que, incluso en la ciudad, hay espacio para la elegancia, la tranquilidad y la poesía visual.