En esta obra, Paseo con música, he querido capturar un instante cotidiano en la vida urbana, donde la belleza y la crudeza de la ciudad se entrelazan. Una joven camina por las calles, absorta en su mundo, con una mochila roja decorada con flores blancas, una camiseta gris y pantalones cortos tejano. Lleva sus auriculares puestos, escuchando música, mientras a su alrededor la ciudad sigue su ritmo imparable.

El fondo está compuesto por un coche rojo metalizado, cuyos reflejos captan la luz de la arboleda, y otros vehículos blancos y grises, algunos aparcados y otros circulando. Estos elementos, junto con la textura de las calles y la atmósfera urbana, crean un contraste entre la serenidad de la joven y el bullicio de la ciudad.

En esta obra, he buscado explorar el realismo urbano: entre la belleza y la crudeza. La joven, con su mochila colorida y su actitud relajada, representa la individualidad y la búsqueda de momentos personales en medio del caos urbano. Mientras tanto, los coches y el entorno reflejan la frialdad y la impersonalidad de la vida en la ciudad.

El realismo urbano en la pintura y la fotografía se caracteriza por su capacidad para capturar escenas cotidianas con un enfoque crítico o reflexivo. En esta obra, he utilizado la técnica figurativa para plasmar un instante que, aunque aparentemente simple, está cargado de significado. Las texturas y los colores, desde los reflejos metalizados de los coches hasta los tonos suaves de la ropa de la joven, están cuidadosamente trabajados para crear una sensación de realismo y profundidad.

Paseo con música es, en esencia, una reflexión sobre cómo nos relacionamos con el espacio urbano. A través de la pintura, he intentado transmitir no solo una imagen, sino una sensación: la de estar allí, caminando junto a la joven, sintiendo el contraste entre su mundo interior y el exterior. Es una obra que habla de la soledad en medio de la multitud, de la búsqueda de belleza en lo cotidiano y de cómo la música puede ser un refugio en la ciudad.

Esta pintura es una invitación a detenerse, a observar y a apreciar los pequeños momentos que, aunque pasajeros, están llenos de significado. A través del realismo urbano, he querido capturar la esencia de la vida en la ciudad, con sus contrastes, sus ritmos y sus historias. Es un homenaje a quienes encuentran su propio camino en medio del bullicio urbano, creando su propia melodía en una sinfonía de asfalto y acero.